martes, 22 de diciembre de 2009

S.O.S. SERPOST

Trabajé en Serpost el año 2002, ocupando las sub gerencias de marketing y ventas. De esta enriquecedora experiencia me quedó un cariño muy especial por la empresa estatal responsable de los correos en nuestro país. Recuerdo que en la gestión de mi querida amiga Nancy Escribens, entre otros logros “marketeros” habíamos acuñado la frase “Somos más que un courier”, resumiendo así una serie de esfuerzos de posicionamiento, de mantener la confianza en el correo tradicional para fechas especiales, de reforzar la conducta favorable a la escritura entre los niños, de hacerle comprender a la administración y Directorio de la empresa estatal lo que eran las características de estacionalidad de ventas, etc.

Era difícil competir en esa época con los correos privados. Así, por ejemplo habíamos perdido la cuenta importante de Telefónica porque ésta había decidido crear su propia agencia de courier. Tampoco nos era fácil lograr que la función de cálculo de tarifas asumiera los criterios de costo hundido y de costo de oportunidad para cotizar servicios y casi siempre nos cotizaban muy por encima de la competencia con el lógico resultado de no lograr clientes con facilidad.

La pelea era muy desigual con la vertiginosa penetración del correo electrónico, pero le hacíamos el esfuerzo y hasta manteníamos un valor económico simbólico para la carta común. Mantuvimos también la participación en la campaña de sorteo de visas para los EEUU de un volumen muy significativo para nuestra gestión. Además introdujimos a Serpost como referente para depósitos de sorteos con anuncios en medios a costo cero e impulsamos con entusiasmo la filatelia, mantenida con frecuencia en la obscuridad, “sólo para entendidos”.

Será por eso que en esta época del año en que deseamos hacer llegar una tarjeta navideña y creemos que el envío físico trasciende el frío envió virtual, es que recurrimos a Serpost para remitir 69 tarjetas navideñas en Lima Metropolitana.

Grande fue la sorpresa de Milagros, mi Asistente, acostumbrada a contratar el servicio de courier cuando, luego de ir por tercera vez a la oficina de Serpost, me dijo que no le iba a pagar 2.50 Nuevos Soles por cada tarjeta como le habían pedido. Una vez regresó por la inmensa cola de medio día que soportaba una sola operadora en la Avda. Larco y la otra porque, luego de otra enorme cola, le pidieron que ponga remitente en cada sobre, lo cual no sucede con el courier.
Por supuesto que se negó a pagarle a Serpost y regresó a llamar cómodamente desde su escritorio a su courier. Este se hizo presente en la oficina y nos cobró 0.833 Nuevos Soles (incluido IGV), por cada tarjeta navideña más un costo de recojo de 9.52 Nuevos Soles. En resumen pagamos 67.00 Nuevos Soles en lugar de los 172.50 Nuevos Soles que hubiera tenido que pagarle a nuestra empresa estatal. Es decir que, un privado con servicio de recojo a domicilio, sin colas, me cobra 61.2% más barato.

Pensé que deberían haberse equivocado pero la respuesta que le dieron a mi Asistente fue que “así costaba” y que acababa de subir desde los 2.00 Nuevos Soles anteriores (25% de incremento). Acabo de revisar la Web de Serpost y aparece como tarifa 2.40 Nuevos Soles (con IGV), para entrega local hasta 20 gramos con montos incrementales según el peso hasta 500 gramos (una locura de tarifas).

Los 2.50 que nos pretendieron cobrar no coincide con la tarifa autorizada, quizá por la falta de vuelto. Además acabo de descubrir un aviso en la Web que no me lo ofrecieron en la oficina de Serpost. Este dice que si compro tarjetas navideñas a ellos mismos a 2.00 Nuevos Soles cada una puedo acceder a una tarifa de 2.30 Nuevos Soles, siempre muy pero muy por encima del precio en un courier privado. Por lo demás la misma tarjeta me cuesta en librería 1.67 Nuevos Soles.
No hay que ser adivino para presumir como anda la gestión económica de nuestra querida empresa estatal con estas prácticas comerciales que alejan su demanda y la condenan a seguir perdiendo dinero y subiendo sus tarifas más y más para combatir su bajo volumen de ventas.

Una pena, para una empresa que tiene como visión “ser reconocida como la empresa líder en el servicio postal del Perú y en Latinoamérica".